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GESTION INTEGRADA DE PLAGAS

GESTION INTEGRADA DE PLAGAS EN LA INDUSTRIA ALIMENTARIA

Por: Oscar Antonio Martínez Pinzón

Ingeniero de alimentos, Coordinador Nacional de gestión integrada de plagas en Palmera Junior an Anticimex Company, auditor interno en sistemas integrados de gestión NTC ISO 9001:2015, NTC ISO 14001:2015, NTC ISO 45001:2018, auditor interno en sistemas de gestión de calidad e inocuidad en la industria de alimentos NTC ISO 22000, Máster internacional en control de plagas, certificado por AIB en Manejo integrado de plagas en plantas de alimentos.

RESUMEN
La Gestión integrada de plagas (GIP) se define como la utilización de todas las acciones tendientes a prevenir y controlar la presencia de plagas mediante la implementación de diferentes técnicas de manejo (culturales, físicos, no tóxicos, biológicos y químicos, utilizando la menor cantidad de elementos tóxicos posibles), la consideración del impacto que tales técnicas han de tener en el medio ambiente, los aspectos toxicológicos relacionados con el hombre y sus animales y la integración con los programas tanto del Plan de saneamiento básico como aquellos que son prerrequisito en un sistema integrado que bien puede incluir calidad, BPM, inocuidad, gestión ambiental y SST.

Está tendencia ha tenido un auge en los últimos años, ya que anterior a ello el control de plagas se limitaba a su exterminio mediante el uso irracional de sustancias químicas y consistía en un control netamente correctivo, es decir, se actuaba en el momento mismo de la aparición de las plagas sin tomar en cuenta medidas preventivas que ayudaran a reducir su presencia.

PALABRAS CLAVE: Gestión integrada, plaga, mecanismos de control, técnicas de manejo, capacidad de carga, presión externa.

INTRODUCCION

La Gestión integrada de plagas (GIP) es un método eficaz para controlar plagas, que no daña al medio ambiente, el cualMIP Palmera Junior se basa en una combinación de prácticas motivadas por el sentido común. Los programas GIP utilizan información actual y completa sobre los ciclos de vida de las plagas y sus interacciones con el medio ambiente. Esta información, combinada con los métodos de control de plagas disponibles, se utiliza para manejar el daño por plagas de la manera más económica y con el menor riesgo posible para las personas, la propiedad y el medio ambiente.

El enfoque GIP se puede aplicar tanto en la industria de alimentos como en los entornos agrícolas, el hogar, el jardín y el lugar de trabajo. El GIP utiliza todas las opciones apropiadas de manejo de plagas, incluyendo, pero no limitándose al uso sensato de plaguicidas. Por el contrario, la producción orgánica de alimentos emplea muchos de los conceptos GIP, pero limita el uso de plaguicidas a aquellos que derivan de fuentes naturales, en oposición a las sustancias químicas sintéticas.

Gestión Integrada de Plagas en la industria alimentaria

“Hoy por hoy es imposible hablar del control de plagas en el proceso de elaboración de alimentos, entendiendo el mismo, exclusivamente, como la aplicación de productos químicos. Lo técnicamente correcto es el manejo de las plagas mediante el sistema de “GESTION INTEGRADA”.

GESTION INTEGRADA DE PLAGAS
La Gestión integrada de plagas (GIP)

Se denomina “Gestión integrada de plagas” a la utilización de todos los recursos necesarios, por medio de procedimientos operativos estandarizados, para minimizar los peligros ocasionados por la presencia de plagas. A diferencia del control de plagas tradicional (sistema reactivo), el GIP es un sistema proactivo que se adelanta a la incidencia del impacto de las plagas en los procesos productivos.

La “inocuidad de los alimentos” entraña la ausencia de contaminantes (como plagas o sus residuos), adulterantes, toxinas que se dan en la naturaleza y cualquier otra sustancia que pueda hacer nocivo el alimento para la salud con carácter agudo o crónico.

La presencia de plagas es inaceptable tanto en las áreas de recepción y elaboración como en las de despacho. Constituyen una “suciedad” que contamina y muchas veces es fuente de propagación de ETAS (Enfermedades transmitidas por alimentos). Los programas de gestión integrada de plagas GIP llevan a una reducción en el uso de plaguicidas mediante un enfoque más preciso de los procedimientos de control de plagas.

La Gestión Integrada de Plagas debe convertirse en un proceso cultural y adoptado por todas las comunidades y en todos los ámbitos, desde los sectores productivos, pasando por los sectores de servicios y transporte, finalizando el proceso en los consumidores potenciales, además desde nuestros propios hogares.

La Gestión Integrada de Plagas, sumado al manejo integrado de enfermedades, hacen parte fundamental de lo que se denomina hoy en día, Manejo sostenible de los productos, teniendo en cuenta el aspecto económico, el social y el ambiental, además incluye las Buenas Prácticas Agrícolas, de Manufactura, de Higiene, entre otras; prácticas que dependen directamente de la labor o del sector productivo.

La Gestión Integrada de Plagas permite realizar tareas en forma racional, continua, preventiva y organizada para brindar una mayor seguridad en la inocuidad de los alimentos, mejorar la calidad de los mismos y disminuir las pérdidas por productos alterados, y lograr un sistema de registro del programa implementado para mejorar de manera continua su gestión.

En la actualidad, uno de los grandes desafíos que tenemos los profesionales del sector agropecuario, agroindustrial y de alimentos, es generar reingeniería del sistema completo, teniendo en cuenta los principios de sostenibilidad desde lo ambiental, lo social y lo económico, garantizando totalmente la inocuidad de los productos; pues día a día crecen las demandas de productos sanos, con trazabilidad garantizada, orgánicos, certificados con las buenas prácticas de manufactura, entre otros.

Por lo anterior, el concepto de Gestión Integrada de Plagas, es un concepto amplio que utiliza la aplicación de diferentes sistemas de control que van desde lo cultural hasta lo químico, siendo hoy en día la tendencia mundial en contraste con el sistema tradicional de fumigación que busca tan solo la erradicación de las plagas, siendo tratamiento meramente correctivo.

En sí, la Gestión Integrada de Plagas busca prevenir y ser proactivos, actuar antes de la aparición de las plagas teniendo en cuenta su etología, es decir, basándose en el comportamiento de las mismas, en las condiciones del área y las características propias de cada industria, con lo cual se establece el plan de acción a implementarse.

Dentro de dicho plan de acción debe considerarse la capacidad de carga del área a controlar, para lo cual se toman medidas que prevengan el ingreso, alimentación y anidamiento de las plagas, ya que éstas al igual que los seres humanos buscan satisfacer sus necesidades básicas de alimentación y reproducción. Así mismo, se debe tener en cuenta la presión externa, mediante una evaluación del entorno inmediato, el cual se convierte en una fuente potencial de plagas hacia el interior del área que deseamos controlar. Lo anterior se logra mediante la implementación de las siguientes técnicas de manejo:

Medidas de tipo cultural: se trata de generar conciencia en las personas que laboran en la industria alimentaria, de cómo sus actuaciones pueden afectar la efectividad de un programa de Gestión Integrada de Plagas, al ser ellos quienes propician las condiciones ideales para que haya presencia de las diferentes clases de plagas. Por ejemplo: si se dejan los residuos destapados se genera presencia de moscas atraídas por los malos olores y si se acumulan objetos en desuso en cualquier parte de las instalaciones se ve favorecida la reproducción y refugio de roedores.

Es por ello, que dentro de un Programa de Gestión Integrada de Plagas y sobre todo en la industria de alimentos, las personas juegan el papel más importante, inclusive por encima del uso de químicos, los cuales constituyen el último recurso a utilizar dentro de ésta práctica.

Medidas de tipo físico: Son las medidas más importantes dentro del GIP, ya que son las que nos van a permitir la reducción de la capacidad de carga, entendida esta como la facilidad que tienen las plagas de hacer presencia es un área específica y la capacidad que tiene dicha área de soportar cierta cantidad de plagas tanto en variedad como en cantidad.

En consecuencia, estas medidas corresponden a aquellas acciones que deben emprender los empresarios para mejorar las condiciones de infraestructura en cada una de las empresas, ya que el ingreso de plagas está directamente relacionado con la facilidad que tengan para acceder a ellas, la disponibilidad de alimento y la facilidad de reproducirse dentro de las instalaciones. Es así, como se debe tener especial cuidado en mantener la hermeticidad de la empresa de tal manera que se garantice el bloqueo que impida el ingreso de plagas.

Las acciones a seguir en éste aspecto son por ejemplo: el cambio de rejillas deterioradas, instalación de anjeos en ventanas y extractores, sellamiento de agujeros y grietas, entre otras.

Cuando se le reduce la posibilidad de ingreso a las plagas mediante la implementación de mejoras de tipo estructural junto con las acciones de tipo cultural de prevenir empozamientos de agua y realizar un correcto manejo de los residuos, las plagas se ven forzadas a buscar ingreso, alimentación y refugio en otros sitios y las plagas que ya se encuentran dentro de la instalación quedan “encerradas”, lo cual facilita su posterior control mediante la utilización de otras técnicas, de las cuales hablaremos en seguida.

Medidas de control NO TOXICAS: se trata de mecanismos de captura que actúan de múltiples formas: captura viva, adhesivas, de golpe, de electrocución, entre otras.

Éstas medidas se constituyen en una excelente técnica de control, ya que reduce la necesidad de utilizar sustancias químicas para el control de plagas; sin embargo, es necesario aclarar, que solo son efectivas cuando la población inicial de plagas es tolerable; es decir, cuando la población es baja, lo cual va de la mano con la capacidad de carga: si la capacidad de carga es alta, las medidas de control no tóxicas no serán suficientes, mientras que si la capacidad de carga es baja, garantizará su control a niveles aceptables.
El control con medidas No tóxicas, se constituye en un control preventivo, porque lo que busca es atrapar la plaga cuando ésta se ha dado las mañas para atravesar las barreras físicas y demás instaladas previamente.

Medidas de tipo biológico: Corresponde a la utilización de organismos vivos para controlar organismos vivos. Un ejemplo típico de ésta medida de control corresponde a la utilización de gatos para controlar roedores; sin embargo, hay que aclarar que, aunque es una medida ecológica, en la industria de alimentos no se puede utilizar está técnica, porque estaríamos cambiando roedores por gatos y al respecto la Resolución 2674 de 2013 es clara al prohibir la presencia de animales domésticos al interior de las empresas de alimentos.

Medidas de control químico: Corresponde al último recurso que debe ser considerado dentro de un Programa de Gestión Integrada de Plagas, después de haber agotado las instancias anteriores.

Otro caso puntual donde debe ser considerado el uso de químicos, es cuando la población inicial de plagas es demasiado elevada que no permita su control mediante técnicas de manejo menos agresivas y una vez reducida la población se prosigue con las medidas anteriormente descritas.

Es importante tener cuidado con éste tipo de medidas, ya que estamos hablando de control de plagas en la industria de alimentos, donde NO podemos cambiar plagas por presencia de sustancias tóxicas, por lo que su uso debe estar restringido a personal experto y calificado en la materia, de tal manera que se garantice la inocuidad de los alimentos en dichas empresas.

De ser necesario el uso de químicos, éstos deben ser de categoría toxicológica III o moderadamente tóxicos y autorizados por el Ministerio de Salud para su uso en salud pública, los cuales no se acumulan en los ambientes y son fáciles de degradar.

Pasos a seguir para la implementación de un Programa de Gestión Integrada de Plagas:

Lo primero que hay que hacer para lograr el establecimiento de un Programa GIP que sea efectivo y sostenible en el tiempo, es reconocer que se tiene un problema de plagas y no esperar a que el problema avance, lo cual favorece el incremento de la población y disminuye las posibilidades de éxito inmediato del programa.

Por lo anterior, se puede deducir que el Programa GIP obtiene resultados con el paso del tiempo, es decir, es un trabajo que debe ser continuo y no debe limitarse al exterminio inmediato de la plaga sin considerar los arreglos locativos en los cuales se debe invertir para prevenir futuras re infestaciones.

Lo segundo que se debe realizar, es contratar con personal experto y calificado, es decir, que conozcan las plagas, su biología, su comportamiento, las condiciones medioambientales que favorecen su proliferación, los mecanismos de control más adecuados dependiendo no solo de la especie, sino del área a controlar, del entorno y del tipo de industria. Adicionalmente, debe ser personal certificado por las autoridades sanitarias competentes que los avalen como personal calificado, lo cual es garantía de la prestación de un servicio de excelente calidad y respetuoso con el medio ambiente.

Una vez se cuente con el personal contratado, el siguiente paso consiste en formalizar la relación comercial mediante su legalización a través de un contrato de prestación de servicios, el cual brinda todas las garantías comerciales, económicas y jurídicas necesarias como respaldo de la seriedad y profesionalismo del personal técnico GIP.

Paso siguiente, consiste en la realización de un diagnóstico inicial de las instalaciones a tratar, el cual consiste en una inspección minuciosa para determinar lo siguiente:

• Especies reales y potenciales que están o podrían afectar en un futuro las instalaciones objeto de control
• Grado de infestación de las especies reales y probabilidad de incursión de las especies potenciales
• Fallas infraestructurales que puedan llegar a favorecer el ingreso, alimentación y anidamiento de plagas, con el objetivo de tomar los correctivos necesarios y de ésta manera crear un ambiente hostil para las plagas y que éstas se vean forzadas a migrar hacia otros sitios.

Otro aspecto importante dentro de las actuaciones en la implementación de un Programa GIP, es el diseño o confección de un cronograma de actividades, el cual nos permite la aplicación juiciosa de los diferentes sistemas de control y tiene el objetivo principal de cortar con los ciclos de reproducción de las diferentes especies y evitar así que recuperen su población. Otro objetivo del cronograma de actividades es asegurar la rotación de ingredientes activos, en caso de que se haya decidido por la aplicación de sustancias químicas, y evitar de esta manera la generación de resistencia por parte de las plagas a dichos productos, lo cual aumentaría el problema en lugar de reducirlo.

Por último, se debe garantizar el cumplimiento de los establecido en el cronograma de actividades para garantizar la efectividad del Programa de Gestión Integrada de Plagas.

CONCLUSIONES

La Gestión Integrada de Plagas constituye una excelente herramienta en el control de plagas, ya que se encuentra en sintonía con la creciente consciencia ambiental y de cuidado de nuestro planeta, al no restringir su actuación a la aplicación exclusiva de sustancias químicas.

Por otro lado, permite el desarrollo de procesos productivos de alimentos limpios, ya que reducen el riesgo de contaminación de los alimentos por plagas y por sustancias químicas.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Resolución 2674 de 2013 [Ministerio de Salud y Protección Social]. Por la cual se reglamenta el artículo 126 del Decreto Ley 019 de 2012 y se dictan otras disposiciones. 22 de julio de 2013.

Decreto 1843 de 1991 [Ministerio de salud]. Por el cual se reglamentan parcialmente los Títulos III, V, VI, VII y XI de la Ley 09 de 1979, sobre uso y manejo de plaguicidas. 22 de julio de 1991.

AIB Internacional. (2017). Las normas consolidadas de AIB internacional para inspección. Programas de Prerrequisito y de seguridad de los alimentos.

 

 

 

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